Porque sera que eres, la que me da fuerza en momentos difíciles.
Entro a la capilla y el primer rostro que entra por mis pupilas es el tuyo, que da paz y
serenidad a mi corazón. En ti encuentro la valentía para siempre continuar.
Siempre te veo allí, en la capilla, junto a tu hijo, cargado con la cruz camino del calvario
al que también acompaña La Verónica, que recoge en un paño blanco las facciones de su rostro
con la sangre que mana de sus heridas.
el tuyo, tu hijo camino del calvario y te sientes impotente al contemplar que nadie esta en la
posibilidad de salvarlo del sufrimiento.
Que Dolor más intenso debiste sentir al ver a tu hijo maltratado, humillado y clavado en una cruz,
Todos estos sentimientos están reflejado en ti mi Virgen de La Amargura, mi gran madre,
en ti busco el consuelo de cualquier pena y se que desde arriba me ayudas, que siempre lo has hecho y siempre lo harás.
Cada vez que voy a verte, al entrar por las puertas de la Iglesia de San Francisco de Asís algo me recorre
el cuerpo, nunca sabré como describir esa sensación, siempre me pregunto: -¿Estará igual de guapa?
La pregunta vaga unos segundos por mi mente... no necesita respuesta, ya me acerco y la veo igual que siempre.
Un llanto de eterno dolor en su cara llega hasta lo más profundo de mi corazón, su manto de negro impoluto
simboliza su pena y agonía interna, en ese momento es como si ella lanzara un cumulo de
sensaciones que llegan hasta lo más profundo de mi interior y una gran emoción me inundara,
Llego el momento de despedirme de ella, le prometo volver a verla muy pronto, ella confía en mi, sabe que lo haré.
Adiós mi Virgen de la Amargura, siempre te rezaré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario